Es importante que seas una persona agradecida

La GRATITUD es la cualidad de ser agradecida y consiste en apreciar los aspectos de nuestra vida y en reconocer que las otras personas desempeñan un papel en nuestro crecimiento personal. La gratitud en centrarse en las cosas que tienen lugar en nuestra existencia y en sentirse dichosa por lo que tenemos. Es detenerse a darse cuenta y valorar las cosas que solemos dar por sentadas, como tener un lugar donde vivir, comida, agua limpia, amigos, familia e, incluso, de los eventos adversos y las malas experiencias que nos ocurren, agradecer nuestra capacidad de superación y los aprendizajes que obtenemos.

Seguro que estás pensando que es fácil ser agradecida con las cosas buenas que nos pasan en la vida: yo por ejemplo agradezco a diario que mi salud es óptima, que trabajo en aquello que me gusta, que mis hijos se sienten en familia en casa, que llevan a cabo sus estudios, incluso que en verano, nos podemos marchar juntos de vacaciones. ¿Qué es lo que agradeces tú a diario?

También imagino tu frase: ¡qué difícil es agradecer a la vida que haya pasado esa mala experiencia! Pues sí, tienes razón, no es fácil agradecer las malas experiencias. A mí me costó bastante darme cuenta de que las cosas no tan buenas que me ocurrían, igual estaban ahí por algo. No se si a ti te habrá ocurrido, pero a mi me ha pasado que las «desgracias» nunca llegan solas, y además, hay experiencias desagradables que parecen repetirse en el tiempo. Incluso hay algunas que parece que han venido a tu existir para quedarse.

Párate a pensar en un momento en las cosas no tan buenas que ahora te rodean. Más allá del sufrimiento o la preocupación que te conllevan, ¿no crees que esas experiencias negativas son las que fortalecen tu carácter y te enseñan tus puntos débiles? ¡Fíjate ahora en el potencial que tienes a tu favor para sobrepasar la dificultad! Es importante que entiendas que la gratitud no consiste en creer que nada malo te está pasando, invalidar o minimizar tu malestar actual, sino que se trata de poder aceptar que te están ocurriendo cosas desagradables por algo y que debes ponerte en acción para que la situación cambie, te des cuenta de tus recursos y te lleves un montón de aprendizajes. Aunque ahora te cueste verlo, te aseguro que es así.

A mi por ejemplo me costó aceptar y agradecer la toxicidad de ciertas relaciones: de culparme durante mucho tiempo, pasé a sentirme víctima. Cuando estaba anclada en la culpa sentía que la relación tóxica no funcionaba por mi manera de ser, actuar, que yo era la responsable de que las cosas funcionaran o no. Y te aseguro que vivir con esa carga encima no es fácil. Y cuando estaba instaurada en el victimismo, la mochila no sé si aun era peor que la de la culpa: sentir que el otro actúa contra ti y tu sólo paras los golpes y cada vez te cuesta más saber cómo, cuándo y dónde acudir para defenderte, es agotador.

Un buen día me desperté inspirada -aunque estaba muy cansada de tantos años de toxicidad- y me busqué un psicoterapeuta, y después otro, y después otro… En todos nos centrábamos en lo mismo: en todo lo que me estaba ocurriendo. Hasta que di con Jordi, que me abrió los ojos de cuanto contribuía yo a todo lo que me ocurría. Entendí que yo siempre hacía las mismas cosas y obtenía los mismos (pésimos) resultados. A partir de ese día agradecí todo lo que me estaba ocurriendo a nivel de toxicidad relacional y lo utilicé a mi favor: para ser más resistente y menos reactiva, para ser más resiliente, para aceptar que debía salir de dónde estaba, para cultivar la toma de perspectiva y darme cuenta de que el mapa no es el territorio, para hacer una mirada interna, para trabajar el duelo y el perdón, y, con el tiempo, para poder dedicarme a acompañar a otras mujeres que ahora tienen la misma poca claridad que yo tenía entonces.

Es importante aplicar la gratitud en tu día a día, y especialmente ante los acontecimientos adversos, pues son -aunque te parezca mentira ahora-, los que más cosas van a aportar a tu vida, a tu crecimiento personal.

Hoy día, puedo decirte que muestro mi GRATITUD a los años que he estado atrapada en relaciones tóxicas y a la toxicidad de esas personas que en ese momento formaban parte del problema y las dificultades. De todo ello he obtenido más de lo que me quitaron y, sobretodo, me hicieron darme cuenta de lo más importante: de que en la adversidad está el crecimiento personal. Nada ha podido conmigo, el dolor me ha convertido en alguien más fuerte, y aquí estoy ahora – con más energía que nunca-, para acompañarte en tu camino.

No me gustaría acabar este artículo sin recomendarte algunos libros que a mí me han servido para cultivar la GRATITUD.

  • «El poder está dentro de ti«, de Louise Hay.
  • «¿Dónde están las monedas?, de Joan Garriga.
  • «Gratitud: dar gracias por lo que tienes transformará tu vida«, de Louise Hay.
  • «El Poder de la Gratitud: 7 Ejercicios Simples que van a cambiar tu vida a mejor», de Marc Reklau.
  • «Diarios de gratitud«, de Janice Kaplan.
  • «Vive la vida como agradecimiento«, de Nina Lesowitz y Mary Beth Sammons.
  • «Gratitud», de Oliver Sacks.
  • «Palabras de gratitud», de Robert Emmons.
  • «El libro de la gratitud (el secreto)», de Rhonda Byrne.

La GRATITUD «es la clave que convierte los problemas en bendiciones y lo inesperado en regalos«, (Pam Grout).

Apoyándote en los demás: el Modelo de la Interdependencia

El modelo de atención basado en la interdependencia nace en el año 2020 , fruto de mi larga carrera (desde 1999) como directora de centros residenciales de atención a personas vulnerables y dependientes. Aunque en ese momento lo creé en pensando en la atención prestada a las personas mayores en las residencias, sus principios son totalmente aplicables a cualquier tipo de acompañamiento personal o profesional que se realice en el contexto de una persona que, en un momento determinado de su vida, necesita ayuda o soportes, y otra/s que le acompañan en ese camino.

El Modelo de la Interdependencia nutre al 100% mi método psicoterapéutico.

Decálogo del Modelo

  • La interdependencia es una relación de dependencia mutua y equitativa, donde todos los factores involucrados se benefician, complementan o cooperan de formas variadas con los demás , para conseguir sus objetivos.
  • La atención y el acompañamiento de calidad es posible gracias a las relaciones interpersonales e interdependientes. Es fundamental cuidar al máximo la relación entre la persona que es ayudada/acompañada y el que presta el soporte-ayuda o acompañante.
  • En nuestro día a día dependemos de otras personas para desarrollarnos. La interdependencia nos pide que seamos capaces de aprender a depender de los demás sin perder la propia independencia a la vez.
  • El vínculo relacional en la interdependencia es sano y positivo: evita situaciones de dependencia patológica, considera a cada persona única y valiosa, y aporta crecimiento personal.

Los Pilares del Modelo

  • La confianza. Es el pilar fundamental del modelo, porque si en la persona que necesita de ayuda/soporte o ser acompañada terapéuticamente, existen sospechas sobre las motivaciones del que ha de acompañarle-ayudarle, todo lo que éste haga va a quedar contaminado de esa sospecha o desconfianza. Cuando confiamos en las personas nos sentimos seguros de su integridad, de sus intenciones y de sus capacidades. Y esto es fundamental en la relación psicoterapéutica, porque en la desconfianza va a ser imposible tener fe en que el otro va a ser corresponsable de mis necesidades, preferencias o deseos de cambio o atención. 
  • La escucha. Escuchar significa mucho más que oír. En la relación y acompañamiento es fundamental que se dé esta escucha activa. La buena escucha es uno de los principales retos de las personas. Con frecuencia escuchamos muy poco, tanto a nosotros mismos como a los demás. Hay que escuchar más que hablar. La escucha del otro puede mejorar considerablemente si escuchamos sin juzgar a la otra persona y sin sacar conclusiones.
  • La autenticidad. La autenticidad es el valor que hace referencia a la persona que dice la verdad, acepta la responsabilidad de sus sentimientos y conductas, es sincera y coherente consigo misma y con los otros. Es una apelación a actuar bajo nuestra convicción, pero también respetando la convicción de la otra persona. Para ello debemos auto-conocernos y auto-gestionarnos, conocer al otro y ayudarle en su gestión personal. La autenticidad incrementa nuestro compromiso con los objetivos y nos inclina a ayudar más a los demás. También nos ayuda a destacar las fortalezas, aun reconociendo las debilidades, a ser honestos, y contribuye a visualizar los valores personales.
  • La aceptación incondicional. Esta actitud implica aceptar a la persona tal y como es y está, con su situación personal, sus sentimientos y sus experiencias. Debemos tener un respeto absoluto por el otro, en una aceptación total hacia la persona y sus conductas. Aceptar incondicionalmente al otro es también facilitar que las dificultades o los errores parezcan fáciles de solucionar, alentando a la persona o buscando siempre la positividad y el aprendizaje; elogiar cada progreso o los pequeños logros y colaboraciones: las capacidades se marchitan en la crítica y la desaprobación.

En mi novela «Cuando todo cobra sentido«, encontrarás un capítulo final que recoge todas las bases del Modelo de la Interdependencia y su aplicabilidad.