Apoyándote en los demás: el Modelo de la Interdependencia

El modelo de atención basado en la interdependencia nace en el año 2020 , fruto de mi larga carrera (desde 1999) como directora de centros residenciales de atención a personas vulnerables y dependientes. Aunque en ese momento lo creé en pensando en la atención prestada a las personas mayores en las residencias, sus principios son totalmente aplicables a cualquier tipo de acompañamiento personal o profesional que se realice en el contexto de una persona que, en un momento determinado de su vida, necesita ayuda o soportes, y otra/s que le acompañan en ese camino.

El Modelo de la Interdependencia nutre al 100% mi método psicoterapéutico.

Decálogo del Modelo

  • La interdependencia es una relación de dependencia mutua y equitativa, donde todos los factores involucrados se benefician, complementan o cooperan de formas variadas con los demás , para conseguir sus objetivos.
  • La atención y el acompañamiento de calidad es posible gracias a las relaciones interpersonales e interdependientes. Es fundamental cuidar al máximo la relación entre la persona que es ayudada/acompañada y el que presta el soporte-ayuda o acompañante.
  • En nuestro día a día dependemos de otras personas para desarrollarnos. La interdependencia nos pide que seamos capaces de aprender a depender de los demás sin perder la propia independencia a la vez.
  • El vínculo relacional en la interdependencia es sano y positivo: evita situaciones de dependencia patológica, considera a cada persona única y valiosa, y aporta crecimiento personal.

Los Pilares del Modelo

  • La confianza. Es el pilar fundamental del modelo, porque si en la persona que necesita de ayuda/soporte o ser acompañada terapéuticamente, existen sospechas sobre las motivaciones del que ha de acompañarle-ayudarle, todo lo que éste haga va a quedar contaminado de esa sospecha o desconfianza. Cuando confiamos en las personas nos sentimos seguros de su integridad, de sus intenciones y de sus capacidades. Y esto es fundamental en la relación psicoterapéutica, porque en la desconfianza va a ser imposible tener fe en que el otro va a ser corresponsable de mis necesidades, preferencias o deseos de cambio o atención. 
  • La escucha. Escuchar significa mucho más que oír. En la relación y acompañamiento es fundamental que se dé esta escucha activa. La buena escucha es uno de los principales retos de las personas. Con frecuencia escuchamos muy poco, tanto a nosotros mismos como a los demás. Hay que escuchar más que hablar. La escucha del otro puede mejorar considerablemente si escuchamos sin juzgar a la otra persona y sin sacar conclusiones.
  • La autenticidad. La autenticidad es el valor que hace referencia a la persona que dice la verdad, acepta la responsabilidad de sus sentimientos y conductas, es sincera y coherente consigo misma y con los otros. Es una apelación a actuar bajo nuestra convicción, pero también respetando la convicción de la otra persona. Para ello debemos auto-conocernos y auto-gestionarnos, conocer al otro y ayudarle en su gestión personal. La autenticidad incrementa nuestro compromiso con los objetivos y nos inclina a ayudar más a los demás. También nos ayuda a destacar las fortalezas, aun reconociendo las debilidades, a ser honestos, y contribuye a visualizar los valores personales.
  • La aceptación incondicional. Esta actitud implica aceptar a la persona tal y como es y está, con su situación personal, sus sentimientos y sus experiencias. Debemos tener un respeto absoluto por el otro, en una aceptación total hacia la persona y sus conductas. Aceptar incondicionalmente al otro es también facilitar que las dificultades o los errores parezcan fáciles de solucionar, alentando a la persona o buscando siempre la positividad y el aprendizaje; elogiar cada progreso o los pequeños logros y colaboraciones: las capacidades se marchitan en la crítica y la desaprobación.

En mi novela «Cuando todo cobra sentido«, encontrarás un capítulo final que recoge todas las bases del Modelo de la Interdependencia y su aplicabilidad.