Identificar a un psicópata

Me canso de ver en Psicología Experta a personas inmersas en relaciones tóxicas con personas que son verdaderos psicópatas.

Te detallo a continuación algunas de las características esenciales que hacen posible la detección de un psicópata.

  • El psicópata suele ser un ser que demuestra una despreocupación absoluta por los derechos de otras personas y por la posible violación de los mismos.
    Con frecuencia es alguien con antecedentes de dificultades con la ley, delincuencia o peligrosidad social. A veces se libra de los problemas con la justicia «gracias» a su capacidad de manipulación, la mentira o la culpabilización a terceros de sus verdaderos actos.
  • En ocasiones, el psicópata no se adapta a las normas sociales en lo que se refiere
    a los comportamientos de carácter moral, legal o ético, o cree que está por encima la ley al considerar que tiene la verdad absoluta. Bajo este pretexto, el psicópata puede realizar actos que conllevan a la detención, el encarcelamiento y/o el castigo, entre ellos, mentiras, agresiones, robos y estafas.
  • Engaña siempre con mentiras repetidas, falsación de la realidad y que el psicópata mismo se cree.
  • El psicópata suele ser un ser impulsivo y con dificultades para planificar el futuro. Vive casi exclusivamente por y para el presente (su presente). Muchas veces se mueve por la voluntad de venganza, al ser un ser altamente rencoroso y envidioso.
  • El psicópata muestra irritabilidad y agresividad, manifestadas a través de violencia verbal, reacciones agresivas físicas o ataques repetidos. Parece que no puede quedarse quieto nunca en su sed de venganza..
  • Suele ser una persona imprudente con independencia de los niveles de seguridad física y psicológica de los demás.
  • Manifiesta de manera constante
    una actitud irresponsable y/o inmadura. El psicópata fracasa de forma reiterada en el mantenimiento de un comportamiento laboral constante y en el reconocimiento de sus obligaciones económicas. Muchas veces pierde el trabajo por ser rígido en su hacer, por mostrarse agresivo con jefes o subordinados o ser absentista. Ningún trabajo parece estar «a su altura».
  • Para el psicópata toda la responsabilidad está fuera. Él nunca es responsable de nada (locus de control externo, extrapunición). No muestra ningún tipo de remordimiento. El psicópata suele ser indiferente a las consecuencias que sus actos o engaños tienen para los demás. Nunca aprende de sus errores porque no los reconoce como propios. Es posible
    que etiquetarlo como antisocial
    sea un eufemismo notable.

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Charlas gratuitas para escuelas, institutos y asociaciones

Psicología Experta organiza charlas gratuitas en las escuelas con el objetivo de sensibilizar al alumnado y/o a sus familias sobre:

  • Las relaciones tóxicas y abusivas.
  • La dependencia emocional.
  • El abuso sexual infantil.
  • La violencia de género, la violencia intrafamiliar, el maltrato psicológico.
  • Las dificultades de autoestima en adolescentes y jóvenes.
  • El Bullying, ciberbullying, sexting o manejo de las redes sociales.
  • El acompañamiento parental a adolescentes y jóvenes desde la inteligencia emocional y la parentalidad positiva.
  • Las principales psicopatologías en población infantil-juvenil.

Las charlas son dinámicas, amenas y participativas. El fin es dar herramientas y habilidades a los alumnos, o a sus padres y madres, para crear un ambiente nutritivo para que el adolescente – joven libere su potencial al máximo desde el acompañamiento respetuoso. Tienen una duración de 1 hora y están basadas en mi método psicológico-educativo a partir de la metodología del Coaching especializado. Algunas de las herramientas son: dar reconocimiento, estar presente, gestionar las emociones, hacer preguntas abiertas para que el joven no se ponga a la defensiva, y tomar consciencia de las toxicidades de la relación y la comunicación, entre otras.

En la era actual de internet y redes sociales, educar con premios y castigos ya no funciona. Imponer la autoridad no promueve la confianza. La solución no es la sobreprotección, ya que los jóvenes no consiguen hacerse cargo de sus responsabilidades, ni madurar. ¡Pero no les dejes solos cuando más te necesitan! El acompañamiento respetuoso a nuestros hijos es fundamental para alcanzar sus metas y propósitos.

¡Infórmate ya!

Señales de alarma del maltrato por parte de tu ex pareja

Las señales de alarma del maltrato son aquellas alertas visibles o externas, y/o internas (las que sientes en ti misma), que son importantes que tengas en cuenta por ser dañinas y porque, además, a mayor aparición de las mismas, más probable es que estés sufriendo un maltrato psicológico por parte de tu ex, a través o no, de los hijos en común.

Cabe decir que muchas de las alertas que vas a poder leer a continuación son también aplicables al contexto de una relación de pareja tóxica u otras relaciones interpersonales con personas que se consideran venenosas porque aportan negatividad, malestar y abuso a nuestras vidas.

+ ALERTAS TEMPRANAS

El tóxico se hace la víctima: habla frecuentemente de cuánto echa de menos los niños, la vida familiar, el vacío que siente cuando sus hijos vuelven contigo a casa…

El tóxico-venenoso te culpa de pasar poco tiempo con sus hijos, de haberle “robado” el afecto de los niños, la custodia, de pasar pocos momentos con ellos por las circunstancias que sólo tú has generado con la separación…

El tóxico-venenoso te compara con otras personas para idealizarte o para devaluarte, incluso para dar celos.

El tóxico te recuerda cada vez que tiene ocasión los errores que tú has cometido. Incluso se inventa los errores.

El tóxico te habla con prepotencia, altivez y/o desprecio.

+ ALERTAS TARDÍAS

El tóxico-venenoso manipula las situaciones para hacerte quedar mal ante los ojos de los hijos o de terceros.

El tóxico-venenoso te insulta y amenaza delante de los hijos en común u otras personas. Incluso con actitudes de “es broma”, él te ridiculiza de forma condescendiente o se burla de forma encubierta.

Tú dejas de hacer cosas que deseas hacer para que el tóxico-venenoso no se enfade, o haces cosas que no deseas realmente por el mismo motivo: evitar el conflicto.

El tóxico-venenoso en alguna ocasión te ha amenazado con quitarte a tus hijos, hacerles daño a ellos o hacerte daño a ti. Y/o te dice que va a arruinarte, hundirte, ganar las batallas judiciales o dejarte en evidencia delante de terceros para que pierdas a tus hijos.

Tú experimentas sensaciones negativas, malestar físico, cansancio, estrés, tienes peleas repentinas con terceros, sientes que rindes mal en tu trabajo, sufres de apatía e indecisión, comes mal o has experimentado cambios en tus patrones de sueño. Incluso puede que hayas desarrollado algún tipo de adicción (pastillas, alcohol…). Te sientes débil, incapaz, culpable y/o inferior al tóxico-venenoso.

Puedes leer la lista ampliada de ALERTAS en mi nuevo libro. PERSONAS VENENOSAS: ¿Tu pareja es tóxica? ¿Y tu ex, también? El maltrato que perdura más allá de la relación de pareja. https://amzn.eu/d/j8Ghb0G

Ante estas situaciones (ya sean alertas tempranas o tardías), no caben más opciones: hay que buscar ayuda. Siempre.

Aprende a detectar la toxicidad

Las personas tóxicas son aquellas que con sus actitudes y formas de pensar y hacer, dañan al prójimo. Yo afirmo que da exactamente igual cuál sea la causa por la que el personaje tóxico actúa como actúa. Importan las consecuencias que tales actitudes y comportamientos tienen sobre los demás.

Voy a darte un poquito de información sobre los principales motivos (aunque puede haber otros) que promueven los actos de los tóxicos, especialmente los narcisistas (por ser los que más abundan, a mi parecer) por sí la comprensión de los mismos puede ayudarte a tomar conciencia de lo dañinos que pueden ser para ti si no cortas con tal toxicidad. Estos serían algunos de los motivos:

  • Tienen un trastorno psicológico diagnosticado o no.
  • Han sufrido carencias en su infancia.
  • Están cargados de rabia y la frustración.
  • Sin incapaces de amar.
  • Tienen una gran incapacidad para sentir culpabilidad ninguna.
  • Carecen de empatía y se sienten superiores a los demás.
  • Tienen una baja autoestima.
  • Son personas envidiosas.
  • Tienen una necesidad enorme de control.
  • Son personas vacías, mediocres o malvadas.
  • S nuren de la energia positiva o del malestar del otro. Son vampiros emocionales.

A continuación comparto contigo algunas alarmas rojas para que puedes detectar si estás inmersa en una relación tóxica con otra persona:

  • Él te compara con otras personas para idealizarte o para devaluarte, incluso para dar celos.
  • Él adopta actitudes paternalistas contigo (te enseña cómo deben ser las cosas ). Tiene actitudes extremistas y pasa de querer guiarte con un “te enseño, te aconsejo, lo digo por tu bien” a desprestigiar con frases como “no sabes hacer nada” o “pasas tu vida por encima de la vida de los demás”.
  • Él tiene cambios de humor frecuentes. 
  • La manera que él se dirige a ti, es cada vez más imperativa.
  • Frecuentemente tú y sólo tú eres la culpable, a los ojos de él,  de los problemas.
  • Él tiene un comportamiento inmaduro, infantil e incluso a veces, inmoral. En ocasiones él actúa como una persona caprichosa.
  • Él te habla con prepotencia, altivez y/o desprecio.
  • A ti te da miedo explicar determinadas cosas por temor a su reacción, incluso por si se pone agresivo.
  • Él aplica contigo el chantaje emocional, para conseguir sus objetivos: “si no haces esto, yo haré esto otro”..
  • Él sobrepasa tus límites (con acciones como aparecer en lugares de tu vida privada, llamadas a cualquier hora, múltiples correos electrónicos a horas poco adecuadas, traspasa tu intimidad, ocupa tus espacios/tiempos, te habla demasiado cerca…) y te sientes que cedes o te justificas para no tener problemas con él. Cuando pones límites, se enfada, te chilla y/o te insulta. 
  • Tú racionalizas y normalizas su maltrato: buscas argumentos, cosas que hayan podido pasar y justifiquen la actitud de él, buscas explicaciones a sus acciones…
  • Tú te aferras a  la creencia de que va a cambiar,
  • Tú experimentas sensaciones negativas, malestar físico, cansancio, estrés, tienes peleas repentinas con terceros, sientes que rindes mal en tu trabajo, sufres de apatía e indecisión, comes mal o has experimentado cambios en tus patrones de sueño. Incluso puede que hayas desarrollado algún tipo de adicción (pastillas, alcohol…). Te sientes débil, incapaz, culpable y/o inferior a él.

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Violencia Vicaria. Señales de alarma para detectarla y actuar

Extracto de mi artículo publicado en Mundopsicologos

La violencia vicaria es una estrategia de violencia por substitución y es la forma más cruel de violencia de género, pues la pareja o el/la ex tóxico/a ataca a los hijos/as en común con el fin de infligir dolor a su pareja o ex pareja y/o usa a los hijos/as en común para causar daño al otro progenitor. El ánimo de atacar a la ex pareja pasa por encima de cualquier estima que el personaje tóxico pueda tener sobre los hijos/as.

La forma más cruel, y que constituye la punta del iceberg ,es el asesinato cruel de los hijos/as, pues así sabe el tóxico/a que de esta forma la pareja o ex pareja nunca va a superar tal dolor. Ahora bien, hay otras formas de violencia vicaria que puede ejercer la persona tóxica que constituyen así mismo un daño enorme en los hijos y en el otro progenitor, tales como:

  • Manipular a los hijos para que se pongan en contra del otro progenitor e incluso le insulten, le agredan…
  • Utilizar a los hijos o los temas de éstos, para hacer daño al otro progenitor.Coaccionar, chantajear y manipular a los hijos para que se pongan en contra del otro progenitor.
  • Amenazar con matar a los hijos,Hacer daño emocional a la ex pareja: «te voy a dar lo que te mereces», «voy a darte donde más te duele» , «no los vas a ver más» o frases parecidas.Interrumpir los tratamientos médicos de los hijos/as cuando están con la persona tóxica con el fin de hacer sufrir al otro progenitor.
  • Usar los momentos de recogida y retorno del régimen de visitas de los hijos/as en común para insultar al otro progenitor.
  • Manipular situaciones con el fin de acusar al otro progenitor de conductas judicialmente castigables como no querer entregar a los hijos/as
  • Amenazar al otro progenitor, asustarle o humillarle.
  • Hablar mal del otro progenitor o de sus allegados, en presencia de los hijos/as en común.

Si detectas signos de violencia vicaria en tu hijo/a es importante advertirlo a las autoridades responsables, además de que es muy recomendable acudir a un profesional de la psicología especializada en este tipo de casos.

Puedes leer el artículo completo en:

https://www.mundopsicologos.com/articulos/que-es-la-violencia-vicaria-10-signos-para-detectarla-y-como-actuar

Mi Perfil en Mundopsicológos. En él podrás saber un poco más sobre mi y leer las reseñas de mis clientas.

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¿Qué es una Relación Tóxica? Señales que te permiten detectarla

Una relación tóxica es aquella donde alguna/s o todas partes implicadas son incapaces, por alguna razón, de impedir hacerse daño. Puede tratarse de una relación de pareja o ex-pareja, pero también de amistad, de trabajo, incluso de una relación familiar. 

Las características principales de las relaciones tóxicas son:

  • No existe un trato de igual a igual: por ejemplo, una de las partes se aprovecha de la otra, o sólo alguna de las partes obtiene beneficios de la relación.
  • Existe un desequilibrio o desigualdad entre las partes en relación: por ejemplo, una de las partes desea tener el poder y el control completo de la relación.
  • Son relaciones que hacen sufrir a alguno/s de sus miembro/s: por ejemplo, generan sentimientos de culpa, victimismo…
  • Son relaciones difícil de abandonar, donde se dan dinámicas de «dar un último intento«, «una última conversación» y/o generan dependencia emocional (enganche, adición…).
  • En su gran mayoría se caracterizan por ser como una montaña rusa emocional: son relaciones con muchos cambios emocionales (se pasa de estar feliz y en plenitud con el otro miembro de la relación, a estar triste o enfadado, fácilmente).
  • Son relaciones en las que alguno de los miembros se siente que no puede ser él mismo/a, y/o que el otro/s debe cambiar para que la relación funcione.

¿Por qué decimos que una persona, dentro de la relación de pareja o como ex-pareja, es tóxica?

Porque reúne la gran mayoría de las siguientes características y nos hacen activar alarmas rojas:

  • Potencia tus debilidades y no sabe valorar tus fortalezas.
  • Tiene una habilidad especial para arruinar tu estado de ánimo, tu día a día.
  • Es deprimente, desagradable, irritante y molesto.
  • Te hace sentir mal sólo por estar cerca de él/ella. Con el paso del tiempo acabas por sentirte emocionalmente agotado/a, incluso físicamente enfermo/a.
  • Te llena de cargas, de críticas poco o nada constructivas, de energía negativa y de problemas y frustraciones.
  • Se mete en todo lo ajeno y no es capaz de ver la viga en el propio ojo.
  • Busca argumentos y razones oscuras que avalen su proceder; te llena de injurias, calumnias y conflictos.
  • En su forma de actuar, invade, controla, envenena, y te asfixia.
  • En bastantes ocasiones, se aprovecha de ti y busca la complacencia.
  • Se queja de la mayoría de las cosas y suele mostrarse como víctima y/o quejoso/a. Le gusta dramatizar y propagar rumores. Te culpa de las situaciones y casi nunca se responsabiliza.
  • Es un ser habitualmente controlador e intenta imponer siempre sus normas, límites y criterio.
  • Suele ser ofensivo, sarcástico y puede ejercerte presión o poder a través de gritos y malos tratos. Por ejemplo, cuanto tú más supliques o llores, más se va a recrear en tu dolor: la persona tóxica, para sentirse superior, es adicta a hacer daño.
  • Muchas veces engaña y/o manipula, incluso recurre a infundir miedo, para conseguir sus objetivos. Puede chantajear y/o, incluso, agredirte verbal y/o físicamente con tal de salirse con la suya. 

¿Por qué es importante cortar con una relación tóxica?

Las consecuencias o efectos de la relación tóxica pueden ser muy variadas. La reacción más inmediata a la toxicidad es la aparición de emociones como la confusión, la perplejidad, el miedo, el enfado o la ira, la negación, la tristeza,  el nerviosismo y/o la desesperanza. Las relaciones tóxicas, a medio y largo plazo, pueden tener un impacto directo en la salud mental de la persona que las sufre, generar síntomas de ansiedad y depresión, trastornos alimentarios, trastornos del sueño e, incluso, provocar comportamientos auto-lesivos. A todo esto hay que sumar que las relaciones tóxicas tienen un impacto muy negativo en la autoestima y en la confianza de la persona que la sufre, de construir vínculos sanos en el futuro.

Re recomiendo algunos libros que te pueden ayudar a tomar consciencia sobre las relaciones tóxicas:

  • «Gente tóxica«, de Berdardo Stamateas.
  • «Personas tóxicas«, de Silvia Congost.
  • «Más gente tóxica«, de Berdardo Stamateas.
  • «La familia: de relaciones tóxicas a relaciones sanas«, de Laura Rojas-Marcos.
  • «Relaciones tóxicas», de Hope Utara.
  • «Amor Zero«, de Iñaki Piñuel.
  • «Familia Zero«, de Iñaki Piñuel.
  • «Amores altamente peligrosos«, de Walter Riso

Me gustaría también compartir contigo esta frase e invitarte a reflexionarla:

«Al igual que el arsénico, las personas tóxicas te matarán lentamente. Matan tu espíritu positivo y juegan con tu mente y emociones. La única cura es dejarlos ir«, (Dennisse Lisseth).

ATENCIÓN. Es importante que busques ayuda psicoterapéutica si estás sufriendo en una relación. Con un acompañamiento adecuado podrás tomar consciencia de si estás inmersa o no en una relación tóxica, ta darás cuenta de lo que te produce ahora y de lo que te puede llegar a provocar a largo plazo.

¿Hablamos?

La Dependencia Emocional. Signos alarmantes para que la detectes en ti

La dependencia emocional es un patrón relacional que ocurre normalmente en las relaciones de pareja y que se caracteriza por un apego insano y casi obsesivo (o sin el casi) hacia la otra persona, ante el miedo a que la relación se acabe y produzca dolor en nosotras. Tienes dependencia emocional si eres incapaz de cortar una relación insana donde la única opción posible es esa: finiquitar la relación. Y eres incapaz de acabar con ella porque sufres un enganche, una adición a la relación.

Los principales síntomas que apuntan a que sufres de dependencia emocional son: inseguridad, sentimiento constante de vacío, baja autoestima, presencia de creencias infundadas, miedo a perder a la persona y/o ideas irracionales, estar dispuesta a hacer cualquier cosa para que esa relación funcione,  o pensamientos recurrentes y obsesivos en torno a una determinada persona. También puede aparecer con tiempo sintomatología psicosomática: ansiedad, nerviosismo, tristeza, depresión, problemas para dormir, dificultades con la alimentación, baja autoestima…

He visto casos que bien podrían considerarse propios de la dependencia emocional (e incluso de co-dependencia) en la relación con una ex-pareja tóxica. El enganche que tuvisteis durante la relación y la dependencia generada, sobre todo en parejas cargadas de toxicidad o abuso,  no deja ver a la otra persona tal y como es en realidad. Viste cualidades de pareja dónde no las había y ahora quieres vivir con la esperanza de que la relación no está del todo perdida, aferrándote con ello a idealizar e incluso excusar defectos parentales en la otra persona sólo porque no está superada la ruptura ni hay capacidad de ver la realidad. La ilusión de que es un buen padre aunque fuera una pareja tóxica para nosotras es como el árbol que no deja ver el bosque.

Como puedes deducir, la dependencia emocional es un enganche cargado de alta toxicidad, altamente nocivo y, aún siendo el padre de tus hijos, lo mejor para sanarnos es el contacto cero. Cuando ha habido maltrato o abuso, lo más probable es que el ex tóxico intente llevarnos de nuevo a dónde él desea, y eso alimentará sin duda la dependencia de nuevo. Lo mismo ocurre si, por ser el padre de tus hijos, deseas tener una relación de “buen rollo” con este ser cargado de toxicidad, siendo esta situación terreno abonado para volver al enganche con la persona con la que tanto nos ha costado cortar la relación. El contacto cero, al menos durante un tiempo más o menos largo, es lo que te va a permitir darte cuenta de la situación tóxica y de si sufres de dependencia emocional respecto a tu ex.

Voy a recomendarte algunos libros que te van a aportar claridad sobre la dependencia emocional:

  • «Cuando amar demasiado es depender«, de Silvia Congost.
  • «Desapegarse sin anestesia«, de Walter Riso.
  • «Las mujeres que aman demasiado«, de Robin Norwood.
  • «Amar o depender», de Walter Riso.
  • «Si duele, no es amor», de Silvia Congost.
  • «Amor Zero«, de Iñaki Piñuel.
  • «La superación de la dependencia emocional», de Jorge Castelló.
  • «Dejar ir«, de David Hawkins.
  • «Querer no es poder. Cómo comprender y superar las adiciones!, de Arnold M. Washton, Donna Boundy. Gloria Vitale (traducción).

Salir de la dependencia emocional no es fácil y te recomiendo que busques ayuda psicoterapéutica. ¿Hablamos?

«Si no aprendemos a soltar, si no dejamos ir, si el apego puede más que nosotros y nos quedamos ahí atados, pegados a esos sueños, fantasías e ilusiones, el dolor crecerá sin parar y nuestra tristeza será la compañera de ruta«, (Jorge Bucay).

El maltrato contra las mujeres

Este es un párrafo de mi novela Cuando todo cobra sentido. Lucía es compañera de trabajo de Manuela, la protagonista del libro.

Aprecio a Lucía, y por ello he decidido preguntarle cómo está, dispuesta a escucharla sin juzgar, haciéndola sentir que no está sola, que tiene una amiga con quien puede contar, creyéndola, aunque lo que me cuente me suene a ciencia ficción. Ella me miente. Ella ha evadido mis preguntas, estoy segura de que siente vergüenza y miedo. Si es una mujer maltratada, no existe solo miedo al maltratador, también a los demás, al qué dirán, a no saber cómo sobrevivir cuando acabe la relación. 

―Se sobrevive, Lucía ―le he dicho desde mi voz interior―. Y tanto que se sobrevive. ―Y Lucía me ha mirado atónita”.

El maltrato y la violencia contra la mujer provocan efectos como la inseguridad y el miedo, que persisten incluso cuando acaba el maltrato.

Y es que la historia de Lucía bien podría continuar así:

Y ahora ella ya no miente y me explica su calvario. Escupe lágrimas como puños. Esas lágrimas que no derramaba en casa, junto a su maltratador, por miedo a que sus sollozos por el primer golpe, desencadenaran más porrazos que le hicieran saltar esta vez los dientes y no sólo las lágrimas. Un lagrimeo constante que le surge porque aún siente el peligro cerca, aunque él ya no esté. El miedo lo lleva dentro, casi forma parte del ADN de Lucia. Pero ver la tranquilidad de su hijo y lo bien que ahora lleva sus estudios, le acaban de confirmar que salir huyendo del verdugo fue lo mejor que pudo hacer”.

En el terrible escenario de la violencia doméstica hay dos momentos críticos y de muy difícil predicción. Uno es el que estamos cansadas de ver en los medios de comunicación: el que elige el maltratador para acabar con su víctima. El otro, afortunadamente, es el que elige la víctima para decir “¡Basta ya!”.

Y es que Lucía se armó del valor necesario para huir, el día que me explicó que su marido la venía maltratando desde hacía tiempo, años. Entre sus gimoteos entendí porque esa mañana dijo “hasta aquí”: la mano que necesitaba para teclear los pedidos en su ordenador de la oficina, se había levantado aquella mañana “dormida”. Y decidió no aguantar más. Y es que Lucía dormía cada noche con el cucharón de la sopa agarrado con fuerza, muerta del miedo, por si él, su maltratador, la atacaba de nuevo. Esa mañana, cuando Lucía despertó y quiso abrir la mano, la tenía agarrotada”.

Lucía lleva unos meses siguiendo El Método, basado en el Modelo de Interdependencia, un programa de salida y recuperación de las relaciones tóxicas, basadas en el abuso, en el maltrato. Sus uñas ya no se clavan en las palmas de las manos para apretar el miedo, ni se le agarrotan los dedos. Pero puedo decir por experiencia propia que cuando tu autoestima sale por la ventana de atrás, profundamente herida por el tiempo que llevas soportando humillaciones, la autoculpa entra por la puerta. “Yo – explica Lucia-, quería salvar nuestro matrimonio; ayudar a mi marido; era mi compromiso hacerlo”.

El miedo dura, la culpa también; pero ambas acaban marchándose y se recupera a la Lucía fuerte, trabajadora, bonita y buena madre que él, su verdugo, día tras día, le negaba ser.

¿Conoces ya El Método y su origen, el Modelo de la Interdependencia?

¿No estarás amando demasiado?

Cuando estar enamorada de alguien es equivalente a sufrimiento, eso es que estás queriendo demasiado.  

En esta entrada de Blog vamos a citar algunas realidades que pueden ser un indicio de que estás amando en exceso. También vamos a examinar las razones por las que tantas mujeres, al pretender dar con alguien que nos ame, caemos en relaciones de pareja insanas y dónde falta precisamente aquello que andamos buscando: amor. 

Algunas situaciones que pueden ser una señal de que nuestro querer no es sano y estás amando demasiado, son por ejemplo:

  • Cuando hablas constantemente acerca de él, de sus dificultades, de sus problemas, de su forma de ser, de su forma de comportarse, de sus sentimientos… Tienes a “él” constantemente en la punta de la lengua.
  • Cuando discutes con él o con terceros sobre sus desaires, sus comentarios indebidos, sus malas contestaciones, su inaccesibilidad o sus comportamientos inadecuados.
  • Cuando muchas de sus conductas no te gustan y las soportas en silencio.
  • Cuando te conviertes en una supuesta terapeuta de sus problemas, de su mala suerte, de lo injusta que es la vida o otras personas con él.
  • Cuando crees que tienes que cambiar cosas de ti para que él esté contento y la relación funcione.
  • Cuando sientes que la relación te perjudica a  nivel emocional: te sientes triste, cansada, con ansiedad o te cuesta dormir o llevar a cabo tus quehaceres diarios. Todo ello como consecuencia de pasar mucho tiempo dándole vueltas a la cabeza sobre él o la relación.
  • Cuando quizá la relación de pareja está ya perjudicando tu salud o integridad física, no cabe duda de que estás amando demasiado. 

¿Por qué algunas mujeres nos atrapamos en relaciones de pareja poco saludables? 

Dependencia, o adicción, son palabras que nos asustan, pero son la clave para entender porqué, aunque estemos sufriendo en el amor, somos incapaces de ponerle punto y final. A veces nuestro deseo de amar es tan grande que se convierte en una adicción insana. No te culpes por ello: detrás de esa dependencia no hay un problema grave en ti, pero si una situación grave para ti. 

La adicción al amor o la dependencia emocional que se ha generado hacia tu relación de pareja, nace de dos aspectos y se alimenta de otras dos cosas.

Por un lado, nace de tu ilusión y creencia profunda en el amor (que suele entrar «en vena» durante nuestra infancia), así como del embrión del miedo a estar o quedarte sola (otra creencia muchas veces fraguada en la etapa infantil y que nos juega malas pasadas). Por otro lado, la adicción al amor, y la dependencia emocional, se nutren en primer lugar, de la persona con empatía, responsabilidad y entrega que eres.

La segunda fuente de gestación y nutrición son las características de tu pareja: un ser sin empatía ni responsabilidad ninguna. Él no ha de cambiar nada sino que es su entorno quien tiene que cambiar.

Desde tu forma de ser harás todos los intentos porque tu relación funcione, creyéndote además que la fuente primaria de todos los conflictos en la pareja eres tú.

Y con esto no quiero decir que tu no seas una mujer inteligente como para no darte cuenta de que esto no es así. Es todo lo contrario: tu inteligencia y tu implicación en las cosas es lo que necesita tu pareja, que necesita comer de ti para ser alguien.

Él utilizará todas sus estratagemas y manipulaciones para hacerte sentir que eres tú la culpable de todo lo que ocurre en la relación; tu híper-responsabilidad, entrega y empatía juegan poco a tu favor en este camino juntos.

Si eres una mujer que estás amando demasiado puede ser que estés atrapada en una relación tóxica y de dependencia emocional.

Y llegados a este punto,  me parece justo prevenirte de dos cosas.

La primera: el camino para salir de una relación tóxica o de dependencia emocional va a necesitar de una gran dosis de tu energía y compromiso, y puede que te duela. Invierte la energía en ti y no en más intentos con él, pues ya estas viendo que no funcionan demasiado.

La segunda: el único camino posible es ese, el de la salida, pues cualquier otra opción, al lado de él,  va acabar por destruirte.

¿Hablamos?