Trabajar desde el poder personal: identificar, aceptar e integrar a tus monstruos

Los que me conocéis sabéis que no trabajo desde la psicología clínica (cuando es necesaria, derivo a un profesional con ese enfoque). Prefiero trabajar desde un paradigma propio más vinculado al crecimiento personal y que se nutre del enfoque humanista y la psicoterapia centrada en el cliente de Carl Rogers. Este enfoque dignifica y valora el esfuerzo de la persona por desarrollar sus potencialidades. La terapia del self y el modelo IFS (Sistemas de Familia Interna) también me es muy inspirador y utilizo técnicas gestálticas, del coaching, de la terapia de aceptación y compromiso, etc., para ofrecerte un enfoque que, una vez entendido y aprendido, vas a poder utilizar para cualquier dificultad y para cualquier reto que te plantees en tu vida.

La mente humana no es algo unitario sino una «familia de sub-personalidades«: contiene por ejemplo, a niños heridos, adolescentes rebeldes, adultos rígidos, padres hipercríticos, amigos que se preocupan por nosotros, familiares que nos apoyan, etc. Desde la terapia convencional puede ocurrir que se impulse al paciente a superar estas partes o personalidades suyas avergonzadas, impulsivas, críticas, destructivas… Mi propuesta de trabajo es integradora: vamos a identificar esos «monstruos» que ahora parece que te fastidian la vida, para aceptar que existen e integrarlos como parte de tus «personalidades», de manera que se vuelvan más funcionales.

Cuando tenemos problemas o dificultades en nuestra vida, la propuesta de trabajo de Psicología Experta no es verlos como si tuviéramos una enfermedad, una tara o una carencia. Mi propuesta de trabajo reconoce que todos tenemos los recursos en nosotros mismos para resolver nuestros problemas, aunque estos recursos puede que ahora estén bloqueados por culpa de reacciones inconscientes a episodios del pasado.

Una vez aprendas el método que te propongo, el modelo está diseñado para ser dirigido por uno mismo. Si entiendes el «rosco« y los «monstruos» que te explico en este artículo, vas a tener el poder de hacerte cargo de tus dificultades actuales, de tu propio crecimiento personal. Es tu verdadero Yo (el self), y no un terapeuta, quien es el agente de cambio, de «curación» y de plenitud personal.

Todos tenemos partes

En mi modelo sigo la propuesta de West y Walker (2018): nuestras emociones suben y bajan. Cuando podemos pensar con claridad y sentir nuestras emociones al mismo tiempo, estamos en la Ventana de Tolerancia (cada uno tiene la suya). Desde esta ventana somos seres sabios y reales, capaces de gobernar nuestra vida con plenitud. Si estamos hiper-excitados estamos por debajo de la Ventana de Tolerancia y estamos sobre-estimulados, desde donde es fácil perder el control y sobre-ocuparnos, caer en estrés. Si estamos en hipo-excitación estamos por debajo de la Ventana y nos cerramos emocionalmente, nos desbordamos, nos desmotivamos o no encontramos sentido a la vida ni soluciones a nuestros problemas.

¿Cómo sabes cuando estás por encima de tu Ventana? Cuando sientes la urgencia de actuar, o te sientes inseguro, en hiper-alerta, asustado, aterrorizado, furioso, abrumado… A nivel físico puedes tener dolores musculares, de cabeza, dificultades para dormir, pérdida de apetito y te quedas atascado (en bucle) en tus pensamientos.

¿Cómo sabes cuando estás por debajo de tu Ventana? Cuando te sientes entumecido, cansado, bajo de ánimo, desconectado, desmotivado, avergonzado, desapegado, deprimido, incluso ansioso. Puede que duermas demasiado y comas o fumes de forma compulsiva para consolarte.

Dentro de la Ventana de Tolerancia, en cambio, tus sentimientos son funcionales, puedes pensar claramente y sentir tus emociones a la vez. Estás en calma, conectado con la vida, en actitud de curiosidad, con pensamientos claros, conectado contigo mismo y con los demás, te sientes en confianza y en valentía para afrontar la vida.

Tus defensas automáticas

Cuando te sientes amenazado, tu cuerpo está programado para protegerte. Se activan lo que se llaman defensas autonómicas (propuesta de West y Walker (2018)) o como yo les llamo «monstruos automáticos«. La primera parte de la terapia para volver a retomar tu paz y «controlar» la situación que ahora está desajustada es aprender a reconocer estos «monstruos» cuando aparecen.

Los principales «monstruos automáticos» con los que me encuentro habitualmente en Psicología Experta son:

  • Monstruo Congelado. Está habitualmente aterrorizado, sufre ataques de pánico y/o ansiedad social, es incapaz de pensar o actuar, no tiene voz, es cauteloso, su corazón está agitado y vive como congelado.
  • Monstruo Apegado. Pide ayuda a gritos, se siente necesitado, en carencia, le invade la soledad. Siente un temor enorme de ser abandonado, pide a gritos «mírame» o «háblame«. Es un ser que se aferra, pide ayuda a gritos o vive en constante anhelo, esperando siempre «al otro lado del teléfono» o «a que la vida le traiga cosas mejores«.
  • Monstruo Peleón. Vive en estado de hiper-alerta, es explosivo, controlador, crítico, desconfiado, irritable, rígido y destructivo con otras personas (puede aplicar conductas de maltrato) o consigo mismo (autolesiones, conductas suicidas).
  • Monstruo Huidizo. Son personas que tienden a escapar o huir. Tienen tendencia a fantasear, se sienten ausentes, con la mente nublada, entumecidos y viven en modo «preocupación crónica«. Pueden desarrollar fácilmente adiciones y compulsiones, desordenes alimentarios… Se enganchan a la televisión, al móvil o a internet con facilidad.
  • Monstruo Sometido. Son personas que sienten vergüenza, tienen dificultades para poner límites o decir «no«. Son seres pasivos, autocríticos o personas subyugadas. Tienden a ser obedientes y complacientes, sintiéndose habitualmente que no son suficientes, que no son nada o que son malas personas. Se sacrifican o se privan a si mismas, y con frecuencia se dedican a cuidar a otros.

Aprendiendo a a conocer, aceptar y cuidar tus partes

Estoy segura que si analizas una situación que ahora sientes que te fastidia tu vida, vas a identificar alguno (o varios) de los monstruos anteriores. Me gustaría que te quedaras con las siguientes ideas:

  • Todas las partes o monstruos que identificas te están ayudando a sobrevivir, física o psicológicamente, aunque algunos tengan ahora consecuencias negativas sobre ti.
  • Los monstruos hiper-excitados (Apegado, Huidizo y Peleón) te ayudan a movilizarte.
  • Los monstruos hipo-excitados (Congelado y Sometido) te ayudan. a encogerte, a recogerte, a protegerte, a no ser una presa fácil.
  • A medida que identifiques y aceptes tus monstruos y aprendas a relacionarte con ellos (yo siempre os digo: «no vamos a darles más pienso del necesario«) te sentirás con más energía, más calmado y esperanzado en la vida diaria. Tu Ventana de Tolerancia, tu «rosco«, se están expandiendo y estarás progresando, aunque aún te quede trabajo por hacer.

Tus protectores

Además de tus monstruos automáticos, nuestro «self» también se compone de protectores. Siguiendo a Schwart (2001) nuestros principales protectores son de tres tipos: los Gerentes, los Exiliados y los Bomberos.

  • Protectores Gerentes. Son seres proactivos, planifican, controlan, se esfuerzan, se preocupan, critican y cuidan de los demás. Tienden a dar impulso hacia adelante en la vida diaria pero también hacen todo lo posible para evitar sentirse vulnerables. Muchas veces su trabajo les deja exhaustos, tienen altos estándares y buscan la aprobación del mundo exterior. Tienen un perfil de: Ejecutivo, Complaciente-Agobiado, Crítico Severo o Cuidador.
  • Protectores Exiliados. Son las partes vulnerables de la personalidad. A menudo son seres asustados, cargan con la vergüenza, el dolor, la soledad o la dependencia. Entre los exiliados están: el Bebé Abandonado, el Niño Solitario, el Adolescente Enojado, en Niñito pequeño Aterrorizado, el Bebé Hambriento, el Adolescente Hostil y Solitario, el Pre-adolescente avergonzado o el bebé Inconsolable.
  • Protectores Bomberos. Son seres reactivos. Su misión principal es apagar incendios emocionales de los demás, actuando con rapidez. Son personas impulsivas, impacientes y pueden ser destructivas. También pueden ser heroicas y audaces, pero de fácil caída al reino de las adicciones y compulsiones. Son extremistas por definición: su función es distraer o disociar hasta que se apaguen las llamas. Tienen un perfil de: Héroes, Perdido en la Fantasía, Comprador Compulsivo, el Bebedor Compulsivo o Deportista Compulsivo.

¿Qué podemos hacer cuando una situación nos supera?

Siguiendo a Fisher (2017) y Schwarz (2010), todas nuestras partes (los monstruos, los protectores…) son bienvenidas y nos van a ser útiles para solucionar tus problemas actuales. Pregúntales: «¿qué quieren hacerme saber acerca de mis problemas, dificultades, preocupaciones o temores.

En el proceso de acompañamiento en Psicología Experta vamos a ayudarte a identificar tus partes, aceptarlas y acceder a ellas. Hay que separar las partes de tu objetivo (yo a esto le llamo hacer el «zoom» o tomar distancia). Debemos preguntarle a tu parte preocupada qué monstruos y qué protectores está activando, de qué le sirven y en qué te obstaculizan. Y obtener los «permisos necesarios» para trabajar con tus exiliados y soltar u optimizar a tus protectores, según el caso, para conseguir tener la vida satisfactoria que te mereces.

¿Hablamos?

«Abrazar a un erizo» o cómo acercarte al mundo adolescente

Las que me conocéis bien, sabéis de sobra que me encanta la lectura. También sois conocedoras de que los ensayos que no me dejan indiferente no solo los aplico a mi labor profesional sino que los comparto para vuestro uso y disfrute. Y este es el caso del siguiente libro: ‘Cómo abrazar a un erizo 12 claves para conectar de forma positiva con los adolescentes«, de Brad Wilcox y Jerrick Robbins.

Resumir el ensayo de estos dos autores en pocas líneas no es tarea fácil. Como tampoco es fácil el mundo adolescente, a quién los autores comparan con el abrazo a un erizo:

«Todos conocemos a adolescentes que parecen erizos y que actúan mostrando tantos pinchos como estos animalitos, y que han erigido a su alrededor muros que nos mantienen alejados. Pero así como es mejor que dejemos en paz a los animales del zoo que no son abrazables, deseamos y necesitamos conectar con estos pinchudos adolescentes, tanto por su bien como por el nuestro».

Cómo abrazar a un erizo 12 claves para conectar de forma positiva con los adolescentes«, está repleto de consejos para acceder al mundo adolescente. Sugerencias basadas en establecer y mantener la comunicación, superar la adversidad y trabajar la autoestima.

Te los comparto, con voluntad de no ofender a los autores y de forma breve, pues te recomiendo con vehemencia que te leas el libro.

Primera premisa: MEJORAR LA COMUNICACIÓN CON EL ADOLESCENTE.

+ CONSEJO 1. Escuchar el llanto del adolescente. «A veces los adolescentes construyen muros invisibles a su alrededor. (…) ¿Cómo convertirnos en el tipo de persona a la que nuestros hijos se abrirán? Lo primero es ver más allá del muro, y, luego, encontrar el ladrillo suelto».

+ CONSEJO 2. Derribar el muro y practicar los tres elementos de la comunicación abierta: amor, confianza y respeto. «Te quiero. Estoy orgulloso de ti. Te he echado de menos. Qué suerte tengo de tenerte.» Estas palabras son mucho más importantes de lo que parece y son la vía directa para tener una comunicación abierta con nuestros adolescentes».

+ CONSEJO 3. Disfrutar de las conversaciones a la hora de la cena. Convierte en prioridad las cenas en familia, asigna responsabilidades y limita el uso de la tecnología.

+ CONSEJO 4. Establecer límites. Las expectativas y los límites a los adolescentes deben ser claros y realistas. Se debe ser coherente con la responsabilidad asignada, y llevarlas hasta el final. La gratitud puede ser públics pero la corrección siempre ha de ser en privado.

Segunda premisa: SUPERAR LA ADVERSIDAD CON EL ADOLESCENTE.

+ CONSEJO 5. Hablar de lo que significa hacerse mayor y de sexualidad. Cualquier información no vale: busca información rigurosa y cercana. Habla sin rodeos: de forma directa Mantén abiertos todos los canales de comunicación con tu adolescente.

+ CONSEJO 6. Ayudar anfrentarse al peor miedo del adolescente. Espera siempre lo mejor de él y estate atenta a los «mensajes ocultos«. Actúa siempre con confianza y ayude a substituir el miedo por la esperanza.

+ CONSEJO 7. Hay que recordar siempre lo que no pone en las etiquetas de «advertencia«. Recuérdale a tu adolescente aquellas acciones que le pueden privsr de su capacidad de elegir libremente. O aquellas que pueden ser un ataque a su autoestima, limitar sus amistades, disgustar gravemente a sus padres o disminuir sus sueños o ambiciones. Y no te olvides de aquellas acciones o situaciones que le pueden hacer caer en una espiral descendente. En cualquier caso hazle también saber que, pase lo que pase, todo puede ser revertible y tener solución.

+ CONSEJO 8. Aprender de los errores. No todo tiene que salir bien a la primera. Intenta aún así sacar lecciones positivas de aquello que aún tenga margen de mejora. Apela a la responsabilidad y mantén una actitud positiva. No dudes en que se puedan reajustar los objetivos si es necesario.

Tercera premisa: TRABAJA LA AUTOESTIMA DEL ADOLESCENTE.

+ CONSEJO 9. Reconocer la valía. Ten en cuenta tanto las fuentes externas como las internas de la autoestima. Los adolescentes deben darse cuenta de que son seres únicos y con gran potencial y valía personal. Hay que ayudarles a reconocerse su valor individual.

+ CONSEJO 10. Ayudar a desarrollar una buena imagen de uno mismo. Aléjale de ideales impuestos y conéctale con la realidad. Ayúdale a huir de las comparaciones y velar por su propio bienestar físico y emocional, lejos de estereotipos. Incita a que reconozca que se debe ver «más allá de las apariencias«.

+ CONSEJO 11. Actúa (y no reacciones). No dejes que «se te lleven los demonios» en situaciones adversas y ayuda a tu adolescente a que adquiera también esta característica, a través de aplicar un patrón de acción recurrente.

+ CONSEJO 12. Pensar en la amistad. Hay que ayudar a los adolescentes a tener una imagen positiva de su propia aceptación social, con sus valores y virtudes, pero también con sus defectos. Incítale a superarse en cosas nuevas y a ayudar a los demás, a ser solidario. Ayúdale a entender la importancia de invertir en si mismos. Aliméntalo de emociones positivas y a mantener una perspectiva sana sobre si mismo y sobre su entorno.

Hablamos?

Incrementa tu valor con TE AYUDO A ESCRIBIR TU EBOOK

El Programa «Te ayudo a escribir tu ebook» es una propuesta psicoterapéutica-formativa-creadora de un ebook (que puedes tener también en versión papel) que te va a dotar de las herramientas para que puedas compartir tu experiencia en la relación tóxica. Tu situación personal puede servir de inspiración a otras personas que ahora están inmersas en relaciones tóxicas que las hacen sufrir, y no tienen la claridad suficiente como para salir de ellas y estar bien.

Es un programa que está dedicado de forma exclusiva a personas que han sufrido de relaciones tóxicas, por la empatía que puede generar en otras personas que el escritor-a entienda, por haberlo sufrido en su propia piel, lo que están sufriendo.

El programa consta de 10 sesiones, que se llevan a cabo cada 30 días (una vez al mes). Se imparte de forma online. A lo largo de las sesiones trabajaremos una parte psicoterapéutica para que adquieras las habilidades necesarias para que puedas escribir tu libro y te enviaré material de estudio y trabajo de una sesión a otra para, cuando nos veamos, puedas aclarar dudas e ir corrigiendo paulatinamente tu escritura.

El programa está pensado para que lo acabes en 10 meses si bien puedo ser flexible a finalizarlo en un plazo máximo de 14 meses si necesitas un ritmo de trabajo diferente.

A lo largo del programa vas a aprender la estructura de un libro de forma detallada, así como trabajar aspectos de tu historia personal:

  • Escoger sobre qué vas a escribir exactamente, para quién, en qué estilo…
  • Aprender la estructura que debe tener el libro según estilo escogido
  • Desarrollar los personajes si es el caso
  • Desarrollar las escenas/partes del libro según el mecano y la escaleta.
  • Escribir y que quede corregido tu libro
  • Dejar el libro listo para publicar y conocer las estrategias básicas de pubicación en amazon + marqueting del libro
  • Trabajar de forma psicoterapéutica aquellos aspectos que tu situación personal en la relación tóxica, aún estén por solucionar.

En el caso de que prefieras que yo misma te lo publique en Amazon, esto tiene un coste adicional.

El pago del programa se estudia de forma personalizada (escríbeme si estas propuestas no se adaptan a tu situación personal) y con descuentos según la opción de pago escogida. Si por la diferencia horaria entre España y el país de las participantes no son posibles las sesiones online conmigo, y sólo se accede al material del programa, y a la mentoría por whatsapp/mail para resolver dudas, profundizar en aspectos de interés, etc., el programa cuenta con un 25% de descuento adicional.

Y si necesitas sesiones extras de psicoterapia derivadas de las sesiones de trabajo planificadas: vas a tener un precio especial y muy económico para sesiones online.

¿Hablamos?

Pensamientos automáticos. No son gratis

La mayoría de las causas de nuestro bajo auto-concepto (nos valoramos poco como personas) y de nuestra baja autoestima, se encuentra en las creencias o pensamientos que tenemos a cerca de nosotros mismas y de la vida en general. Los pensamientos automáticos y las creencias de las que provienen se convierten para la persona en verdades absolutas.

Los pensamientos automáticos son juicios, etiquetas, interpretaciones y valoraciones de personas o situaciones, que han formado parte de un “diálogo interno” que a veces se realizan de forma consciente y otras veces no, y sin filtros ni censuras. Contrariamente a los «pensamientos racionales», los pensamientos automáticos se caracterizan por: 

  • Se trata de pensamientos, conscientes o inconscientes, pero involuntarios y automáticos. No son pensamientos reflexivos, procedentes de razonamientos, sino “reacciones” ante determinadas situaciones que vienen cargadas de una fuerte carga emocional. 
  • Suelen expresarse en forma de palabras como «debería de, tendría que…”. apareciendo como obligaciones que nos imponemos a nosotros o a los demás en forma de exigencias.
  • Aparecen como mensajes cortos, como si fueran «palabras clave». 
  • Son diálogos internos referidos a temas concretos; (se trata de mensajes específicos).
  •  Son difíciles de controlar y de evitar. 
  • Son aprendidos y surgen básicamente de aquellas actitudes de la persona que son aprendidas en la infancia o adolescencia, provenientes de la familia, la escuela y otras influencias sociales.

Algunos ejemplos de pensamientos automáticos son:

  • A una mujer, mientras espera ser recibida por una psicóloga, se le pasa de golpe por la cabeza «nadie, ni nada, podrá ayudarme«, comienza a desesperarse y siente deseos de abandonar la cita.
  • Un joven se encuentra esperando a su novia en un bar donde habían quedado. Pasan veinte minutos de la hora acordada y ella no llega. En la mente de él, acuden pensamientos del tipo «si me quisiera de verdad no me haría esto… “, «se habrá ido con otro»…

Las distorsiones cognitivas son agrupaciones de pensamientos automáticos que son habituales y repetitivos, y que generan pensamientos distorsionados o desviados de las situaciones o acontecimientos.

¿Cuáles son las distorsiones cognitivas más frecuentes?

  • Pensamiento polarizado. Consiste en valorar o percibir los acontecimientos de forma extrema , todo es cuestión de blanco o negro, bueno o malo…, sin matices. Para contrarrestarlo conviene preguntarse ¿entre estos dos extremos, hay grados intermedios?, ¿hasta qué punto eso es así? 
  • Filtraje o abstracción selectiva. Consiste en seleccionar en forma de «visión de túnel» un solo aspecto de una situación, se resalta un simple detalle, habitualmente se filtra lo negativo y lo positivo se olvida, y toda la situación queda teñida por este detalle. Para contrarrestar esta distorsión conviene preguntarse ¿es esto realmente así? 
  • Interpretación del pensamiento. Se refiere a la tendencia a interpretar sin base alguna los sentimientos e intenciones de los demás. Para contrarrestarlo conviene preguntarse ¿Qué pruebas tengo para suponer eso? 
  • Los deberías o autoexigencia inflexible. En esta distorsión la persona se comporta de acuerdo a unas reglas inflexibles sobre cómo deberían ser las cosas. Cualquier desviación de esas reglas se considera intolerable y conlleva una alteración emocional. Los pensamientos se concentran en “lo que debería ser” en vez de “en como son”.
  • Personalización.Consiste en relacionar los hechos del entorno, con la forma de ser o actuar de una misma. Se suele acompañar con la tendencia a compararse continuamente con los demás.
  • Razonamiento emocional. Consiste en creer que lo que la persona siente emocionalmente es lo verdadero. Las emociones sentidas se consideran como hechos objetivos y no como interpretaciones subjetivas. Las palabras claves son “si me siento así es porque soy o porque ha ocurrido…”
  • Sobregeneralización. Son juicios e inferencias generales basadas en solo un hecho particular, (una conclusión generalizada a partir de un incidente simple).  Palabras claves que indican que una persona esta sobregeneralizando son: «todo, nadie, nunca, siempre, todos, ninguno«. Para contrarrestarlo conviene preguntarse. ¿Cuántas veces ha ocurrido realmente?¿qué pruebas tienes para sacar esa conclusión?
  • Visión catastrófica. La palabra clave que suele indicar esta distorsión suele ser: «¿y si…?«, y consiste en adelantar acontecimientos de modo catastrofista para una misma. Para contrarrestarlo conviene centrarse en el presente, dejar de anticipar y valorar posibilidades. Preguntarse. ¿otras veces lo he pensado?¿qué ocurrió realmente? ¿qué posibilidades hay de que eso ocurra?
  • Culpabilidad. Consiste en atribuir la responsabilidad de los acontecimientos bien totalmente a uno mismo, bien a otros, sin base suficiente y sin tener en cuenta otros factores que contribuyen a los acontecimientos.
  • Falacia de control. La persona se ve a sí misma como responsable de todo lo que ocurre a su alrededor o, en el otro extremo, se ve a sí misma como impotente y sin ningún tipo de control sobre los acontecimientos de su vida.
  • Tener siempre la razón. Consiste en la tendencia a probar de manera frecuente, ante un desacuerdo con otra persona, que el punto de vista de uno es el correcto y cierto. No importa los argumentos del otro, simplemente se ignoran y no se escuchan. La persona se pone normalmente a la defensiva.
  • Falacia de justicia. Consiste en valorar como injusto todo aquello que no coincide con los deseos o expectativas personales.
  • Falacia de cambio. Implica creer que el bienestar de uno mismo depende de manera exclusiva de los actos de los demás. Para contrarrestarlo conviene preguntase ¿Qué pruebas tengo para creer que la situación solo depende de esa persona?, aunque eso no cambiase ¿podría yo hacer algo?
  • Falacia de la recompensa divina. En esta distorsión se tiende a no buscar la solución a las dificultades o problemas suponiendo que o bien la situación mejorará “mágicamente” en el futuro o bien se tendrá una “recompensa” por el sufrimiento actual.

Algunos ejemplos de distorsiones cognitivas son:

  • La relación solo mejorara si mi pareja cambia«: falacia de cambio.
  • «Yo soy el responsable de todo…”: falacia de control.
  • Esto lo dice por mi...»: personalización.
  • «Nunca conseguiré tener pareja«: sobregeneralización.
  • «Si no soy brillante en mis estudios, entonces solo podré ser un fracasado«: pensamiento polarizado.
  • «El día de mañana tendré mi recompensa a tanto sufrimiento: cambiará mi suerte«: falacia de recompensa divina.

Mediante un proceso psicoterapéutico o un acompañamiento basado en las técnicas del coaching se pueden descubrir y neutralizar distorsiones cognitivas que dificultan o limitan los procesos de cambio.

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Aprende a detectar la toxicidad

Las personas tóxicas son aquellas que con sus actitudes y formas de pensar y hacer, dañan al prójimo. Yo afirmo que da exactamente igual cuál sea la causa por la que el personaje tóxico actúa como actúa. Importan las consecuencias que tales actitudes y comportamientos tienen sobre los demás.

Voy a darte un poquito de información sobre los principales motivos (aunque puede haber otros) que promueven los actos de los tóxicos, especialmente los narcisistas (por ser los que más abundan, a mi parecer) por sí la comprensión de los mismos puede ayudarte a tomar conciencia de lo dañinos que pueden ser para ti si no cortas con tal toxicidad. Estos serían algunos de los motivos:

  • Tienen un trastorno psicológico diagnosticado o no.
  • Han sufrido carencias en su infancia.
  • Están cargados de rabia y la frustración.
  • Sin incapaces de amar.
  • Tienen una gran incapacidad para sentir culpabilidad ninguna.
  • Carecen de empatía y se sienten superiores a los demás.
  • Tienen una baja autoestima.
  • Son personas envidiosas.
  • Tienen una necesidad enorme de control.
  • Son personas vacías, mediocres o malvadas.
  • S nuren de la energia positiva o del malestar del otro. Son vampiros emocionales.

A continuación comparto contigo algunas alarmas rojas para que puedes detectar si estás inmersa en una relación tóxica con otra persona:

  • Él te compara con otras personas para idealizarte o para devaluarte, incluso para dar celos.
  • Él adopta actitudes paternalistas contigo (te enseña cómo deben ser las cosas ). Tiene actitudes extremistas y pasa de querer guiarte con un “te enseño, te aconsejo, lo digo por tu bien” a desprestigiar con frases como “no sabes hacer nada” o “pasas tu vida por encima de la vida de los demás”.
  • Él tiene cambios de humor frecuentes. 
  • La manera que él se dirige a ti, es cada vez más imperativa.
  • Frecuentemente tú y sólo tú eres la culpable, a los ojos de él,  de los problemas.
  • Él tiene un comportamiento inmaduro, infantil e incluso a veces, inmoral. En ocasiones él actúa como una persona caprichosa.
  • Él te habla con prepotencia, altivez y/o desprecio.
  • A ti te da miedo explicar determinadas cosas por temor a su reacción, incluso por si se pone agresivo.
  • Él aplica contigo el chantaje emocional, para conseguir sus objetivos: “si no haces esto, yo haré esto otro”..
  • Él sobrepasa tus límites (con acciones como aparecer en lugares de tu vida privada, llamadas a cualquier hora, múltiples correos electrónicos a horas poco adecuadas, traspasa tu intimidad, ocupa tus espacios/tiempos, te habla demasiado cerca…) y te sientes que cedes o te justificas para no tener problemas con él. Cuando pones límites, se enfada, te chilla y/o te insulta. 
  • Tú racionalizas y normalizas su maltrato: buscas argumentos, cosas que hayan podido pasar y justifiquen la actitud de él, buscas explicaciones a sus acciones…
  • Tú te aferras a  la creencia de que va a cambiar,
  • Tú experimentas sensaciones negativas, malestar físico, cansancio, estrés, tienes peleas repentinas con terceros, sientes que rindes mal en tu trabajo, sufres de apatía e indecisión, comes mal o has experimentado cambios en tus patrones de sueño. Incluso puede que hayas desarrollado algún tipo de adicción (pastillas, alcohol…). Te sientes débil, incapaz, culpable y/o inferior a él.

Mi nuevo libro ya está a la venta. Te comparto el enlace para que lo puedas adquirir y leer las reseñas de clientas sobre él. En él te hablo de relaciones tóxicas, dependencia emocional, autoestima, violencia de género, abuso emocional y violencia vicaria.

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Trauma simple, trauma complejo y abordaje psicoterapéutico

Hablamos de trauma simple cuando la experiencia dolorosa e incapacitante para la persona se refiere a un único evento traumático. Por ejemplo el trauma se deriva de un accidente, un desastre natural (un terremoto, un huracán, una inundación, un incendio…), una pandemia, una enfermedad, una agresión física o sexual, ser testigo de un accidente, una pérdida repentina y no esperada (de pareja, laboral, la muerte de un familiar…) u otro tipo de evento único e impactante para aquél que lo sufre o presencia.

El trauma simple puede generar en la persona que lo sufre consecuencias como: estar en tensión de forma permanente o en estado de hipervigilancia, dificultades psicosomáticas, contracturas, temblores, insomnio, pesadillas, dolores específicos (de vientre, de cabeza…) inespecíficos, incluso lagunas o pérdidas de memoria y disminución de la capacidad de atención y de concentración.

Por otro lado, estamos delante de un trauma complejo cuando la acción traumatizante es mantenida por la persona que la causa, de una forma sostenida en el tiempo. Son ejemplos de trauma complejo: sufrir abusos sexuales de forma reiterada en la etapa infantil, el maltrato físico o psicológico continuado en el si de una relación de pareja o parental, el bullying y el moobing continuado en el tiempo, entre otros.

Las consecuencias para la persona que sufre de trauma complejo son: recuerdos recurrentes, angustiantes e involuntarios de los eventos traumático, revivir el hecho traumático como si estuviera sucediendo otra vez, pesadillas, angustia emocional grave o reacciones físicas a las cosas que te recuerdan el suceso traumático, aislamiento social, disociación, despersonalización, desrealización, embotamiento afectivo, dificultades psicosomáticas, hipervigilancia y desconfianza extrema y persistente, reactividad física o emocional desbordada, labilidad emocional, dificultades para identificar, reconocer y gestionar las emociones, persistente sentido negativo de una misma, trastorno por estrés postraumático, ansiedad, depresión, baja autoestima, entre otras.

¿Cómo orientamos los elementos del trauma (simple o complejo), desde nuestra propuesta divulgativa-orientativa?

Desde una propuesta de orientación breve y estratégica podemos acompañar a la persona a obtener claridad sobre el trauma simple y complejo. Está claro que no podemos eliminar de lsu memoria el trauma, pero si que podemos ayudar a la persona a reestructurar la percepción del evento traumático en el presente, haciendo que lo que se ha vivido se deje en el pasado y no siga extendiéndose en el presente, impidiendo su evolución y desarrollo en el futuro. Ahora bien, usar la vía cognitiva exclusivamente no es de utilidad: hay que acceder también a la vía emocional. La forma en que yo aconsejo la orientación habitualmente, aunque cabe la adaptación a la realidad de cada persona, es a través del recurso de la pregunta milagro, la detección y superación de las soluciones intentadas dis-funcionales, el abordaje de las psico-trampas y la utilización de la narrativa terapéutica (normalmente a través de una linea cronológica o linea del tiempo, que incluso a veces cabe extender en espacio/tiempo hasta años antes de la experiencia/s traumática/s y en el presente/futuro, más allá del trauma).

La herramienta de la narrativa terapéutica conlleva, a mi parecer, a tres grandes beneficios/ayuda a la persona que sufre de trauma: (1) exteriorización de los recuerdos, donde la persona puede sacar fuera emociones y sensaciones que de otro modo permanecerían latentes en su interior y dentro de ella, perturbando su equilibrio. (2) Detectar las respuestas/soluciones a determinadas secuelas, y que perpetúan el problema. (3) Y la reestructuración cognitiva y el distanciamiento emotivo. La narrativa terapéutica propone un enfoque terapéutico en el que las vivencias de la persona son interpeladas y reformuladas mediante el relato de los acontecimientos y el acceso a los traumas, de manera que se planteen de una manera en la que el problema-trauma no pase a definir a la persona y a limitar sus maneras de percibir la realidad y afrontarla.

¿Necesitas más información – orientación?

¿Qué es una Relación Tóxica? Señales que te permiten detectarla

Una relación tóxica es aquella donde alguna/s o todas partes implicadas son incapaces, por alguna razón, de impedir hacerse daño. Puede tratarse de una relación de pareja o ex-pareja, pero también de amistad, de trabajo, incluso de una relación familiar. 

Las características principales de las relaciones tóxicas son:

  • No existe un trato de igual a igual: por ejemplo, una de las partes se aprovecha de la otra, o sólo alguna de las partes obtiene beneficios de la relación.
  • Existe un desequilibrio o desigualdad entre las partes en relación: por ejemplo, una de las partes desea tener el poder y el control completo de la relación.
  • Son relaciones que hacen sufrir a alguno/s de sus miembro/s: por ejemplo, generan sentimientos de culpa, victimismo…
  • Son relaciones difícil de abandonar, donde se dan dinámicas de «dar un último intento«, «una última conversación» y/o generan dependencia emocional (enganche, adición…).
  • En su gran mayoría se caracterizan por ser como una montaña rusa emocional: son relaciones con muchos cambios emocionales (se pasa de estar feliz y en plenitud con el otro miembro de la relación, a estar triste o enfadado, fácilmente).
  • Son relaciones en las que alguno de los miembros se siente que no puede ser él mismo/a, y/o que el otro/s debe cambiar para que la relación funcione.

¿Por qué decimos que una persona, dentro de la relación de pareja o como ex-pareja, es tóxica?

Porque reúne la gran mayoría de las siguientes características y nos hacen activar alarmas rojas:

  • Potencia tus debilidades y no sabe valorar tus fortalezas.
  • Tiene una habilidad especial para arruinar tu estado de ánimo, tu día a día.
  • Es deprimente, desagradable, irritante y molesto.
  • Te hace sentir mal sólo por estar cerca de él/ella. Con el paso del tiempo acabas por sentirte emocionalmente agotado/a, incluso físicamente enfermo/a.
  • Te llena de cargas, de críticas poco o nada constructivas, de energía negativa y de problemas y frustraciones.
  • Se mete en todo lo ajeno y no es capaz de ver la viga en el propio ojo.
  • Busca argumentos y razones oscuras que avalen su proceder; te llena de injurias, calumnias y conflictos.
  • En su forma de actuar, invade, controla, envenena, y te asfixia.
  • En bastantes ocasiones, se aprovecha de ti y busca la complacencia.
  • Se queja de la mayoría de las cosas y suele mostrarse como víctima y/o quejoso/a. Le gusta dramatizar y propagar rumores. Te culpa de las situaciones y casi nunca se responsabiliza.
  • Es un ser habitualmente controlador e intenta imponer siempre sus normas, límites y criterio.
  • Suele ser ofensivo, sarcástico y puede ejercerte presión o poder a través de gritos y malos tratos. Por ejemplo, cuanto tú más supliques o llores, más se va a recrear en tu dolor: la persona tóxica, para sentirse superior, es adicta a hacer daño.
  • Muchas veces engaña y/o manipula, incluso recurre a infundir miedo, para conseguir sus objetivos. Puede chantajear y/o, incluso, agredirte verbal y/o físicamente con tal de salirse con la suya. 

¿Por qué es importante cortar con una relación tóxica?

Las consecuencias o efectos de la relación tóxica pueden ser muy variadas. La reacción más inmediata a la toxicidad es la aparición de emociones como la confusión, la perplejidad, el miedo, el enfado o la ira, la negación, la tristeza,  el nerviosismo y/o la desesperanza. Las relaciones tóxicas, a medio y largo plazo, pueden tener un impacto directo en la salud mental de la persona que las sufre, generar síntomas de ansiedad y depresión, trastornos alimentarios, trastornos del sueño e, incluso, provocar comportamientos auto-lesivos. A todo esto hay que sumar que las relaciones tóxicas tienen un impacto muy negativo en la autoestima y en la confianza de la persona que la sufre, de construir vínculos sanos en el futuro.

Re recomiendo algunos libros que te pueden ayudar a tomar consciencia sobre las relaciones tóxicas:

  • «Gente tóxica«, de Berdardo Stamateas.
  • «Personas tóxicas«, de Silvia Congost.
  • «Más gente tóxica«, de Berdardo Stamateas.
  • «La familia: de relaciones tóxicas a relaciones sanas«, de Laura Rojas-Marcos.
  • «Relaciones tóxicas», de Hope Utara.
  • «Amor Zero«, de Iñaki Piñuel.
  • «Familia Zero«, de Iñaki Piñuel.
  • «Amores altamente peligrosos«, de Walter Riso

Me gustaría también compartir contigo esta frase e invitarte a reflexionarla:

«Al igual que el arsénico, las personas tóxicas te matarán lentamente. Matan tu espíritu positivo y juegan con tu mente y emociones. La única cura es dejarlos ir«, (Dennisse Lisseth).

ATENCIÓN. Es importante que busques ayuda psicoterapéutica si estás sufriendo en una relación. Con un acompañamiento adecuado podrás tomar consciencia de si estás inmersa o no en una relación tóxica, ta darás cuenta de lo que te produce ahora y de lo que te puede llegar a provocar a largo plazo.

¿Hablamos?

La Dependencia Emocional. Signos alarmantes para que la detectes en ti

La dependencia emocional es un patrón relacional que ocurre normalmente en las relaciones de pareja y que se caracteriza por un apego insano y casi obsesivo (o sin el casi) hacia la otra persona, ante el miedo a que la relación se acabe y produzca dolor en nosotras. Tienes dependencia emocional si eres incapaz de cortar una relación insana donde la única opción posible es esa: finiquitar la relación. Y eres incapaz de acabar con ella porque sufres un enganche, una adición a la relación.

Los principales síntomas que apuntan a que sufres de dependencia emocional son: inseguridad, sentimiento constante de vacío, baja autoestima, presencia de creencias infundadas, miedo a perder a la persona y/o ideas irracionales, estar dispuesta a hacer cualquier cosa para que esa relación funcione,  o pensamientos recurrentes y obsesivos en torno a una determinada persona. También puede aparecer con tiempo sintomatología psicosomática: ansiedad, nerviosismo, tristeza, depresión, problemas para dormir, dificultades con la alimentación, baja autoestima…

He visto casos que bien podrían considerarse propios de la dependencia emocional (e incluso de co-dependencia) en la relación con una ex-pareja tóxica. El enganche que tuvisteis durante la relación y la dependencia generada, sobre todo en parejas cargadas de toxicidad o abuso,  no deja ver a la otra persona tal y como es en realidad. Viste cualidades de pareja dónde no las había y ahora quieres vivir con la esperanza de que la relación no está del todo perdida, aferrándote con ello a idealizar e incluso excusar defectos parentales en la otra persona sólo porque no está superada la ruptura ni hay capacidad de ver la realidad. La ilusión de que es un buen padre aunque fuera una pareja tóxica para nosotras es como el árbol que no deja ver el bosque.

Como puedes deducir, la dependencia emocional es un enganche cargado de alta toxicidad, altamente nocivo y, aún siendo el padre de tus hijos, lo mejor para sanarnos es el contacto cero. Cuando ha habido maltrato o abuso, lo más probable es que el ex tóxico intente llevarnos de nuevo a dónde él desea, y eso alimentará sin duda la dependencia de nuevo. Lo mismo ocurre si, por ser el padre de tus hijos, deseas tener una relación de “buen rollo” con este ser cargado de toxicidad, siendo esta situación terreno abonado para volver al enganche con la persona con la que tanto nos ha costado cortar la relación. El contacto cero, al menos durante un tiempo más o menos largo, es lo que te va a permitir darte cuenta de la situación tóxica y de si sufres de dependencia emocional respecto a tu ex.

Voy a recomendarte algunos libros que te van a aportar claridad sobre la dependencia emocional:

  • «Cuando amar demasiado es depender«, de Silvia Congost.
  • «Desapegarse sin anestesia«, de Walter Riso.
  • «Las mujeres que aman demasiado«, de Robin Norwood.
  • «Amar o depender», de Walter Riso.
  • «Si duele, no es amor», de Silvia Congost.
  • «Amor Zero«, de Iñaki Piñuel.
  • «La superación de la dependencia emocional», de Jorge Castelló.
  • «Dejar ir«, de David Hawkins.
  • «Querer no es poder. Cómo comprender y superar las adiciones!, de Arnold M. Washton, Donna Boundy. Gloria Vitale (traducción).

Salir de la dependencia emocional no es fácil y te recomiendo que busques ayuda psicoterapéutica. ¿Hablamos?

«Si no aprendemos a soltar, si no dejamos ir, si el apego puede más que nosotros y nos quedamos ahí atados, pegados a esos sueños, fantasías e ilusiones, el dolor crecerá sin parar y nuestra tristeza será la compañera de ruta«, (Jorge Bucay).

Es importante que seas una persona agradecida

La GRATITUD es la cualidad de ser agradecida y consiste en apreciar los aspectos de nuestra vida y en reconocer que las otras personas desempeñan un papel en nuestro crecimiento personal. La gratitud en centrarse en las cosas que tienen lugar en nuestra existencia y en sentirse dichosa por lo que tenemos. Es detenerse a darse cuenta y valorar las cosas que solemos dar por sentadas, como tener un lugar donde vivir, comida, agua limpia, amigos, familia e, incluso, de los eventos adversos y las malas experiencias que nos ocurren, agradecer nuestra capacidad de superación y los aprendizajes que obtenemos.

Seguro que estás pensando que es fácil ser agradecida con las cosas buenas que nos pasan en la vida: yo por ejemplo agradezco a diario que mi salud es óptima, que trabajo en aquello que me gusta, que mis hijos se sienten en familia en casa, que llevan a cabo sus estudios, incluso que en verano, nos podemos marchar juntos de vacaciones. ¿Qué es lo que agradeces tú a diario?

También imagino tu frase: ¡qué difícil es agradecer a la vida que haya pasado esa mala experiencia! Pues sí, tienes razón, no es fácil agradecer las malas experiencias. A mí me costó bastante darme cuenta de que las cosas no tan buenas que me ocurrían, igual estaban ahí por algo. No se si a ti te habrá ocurrido, pero a mi me ha pasado que las «desgracias» nunca llegan solas, y además, hay experiencias desagradables que parecen repetirse en el tiempo. Incluso hay algunas que parece que han venido a tu existir para quedarse.

Párate a pensar en un momento en las cosas no tan buenas que ahora te rodean. Más allá del sufrimiento o la preocupación que te conllevan, ¿no crees que esas experiencias negativas son las que fortalecen tu carácter y te enseñan tus puntos débiles? ¡Fíjate ahora en el potencial que tienes a tu favor para sobrepasar la dificultad! Es importante que entiendas que la gratitud no consiste en creer que nada malo te está pasando, invalidar o minimizar tu malestar actual, sino que se trata de poder aceptar que te están ocurriendo cosas desagradables por algo y que debes ponerte en acción para que la situación cambie, te des cuenta de tus recursos y te lleves un montón de aprendizajes. Aunque ahora te cueste verlo, te aseguro que es así.

A mi por ejemplo me costó aceptar y agradecer la toxicidad de ciertas relaciones: de culparme durante mucho tiempo, pasé a sentirme víctima. Cuando estaba anclada en la culpa sentía que la relación tóxica no funcionaba por mi manera de ser, actuar, que yo era la responsable de que las cosas funcionaran o no. Y te aseguro que vivir con esa carga encima no es fácil. Y cuando estaba instaurada en el victimismo, la mochila no sé si aun era peor que la de la culpa: sentir que el otro actúa contra ti y tu sólo paras los golpes y cada vez te cuesta más saber cómo, cuándo y dónde acudir para defenderte, es agotador.

Un buen día me desperté inspirada -aunque estaba muy cansada de tantos años de toxicidad- y me busqué un psicoterapeuta, y después otro, y después otro… En todos nos centrábamos en lo mismo: en todo lo que me estaba ocurriendo. Hasta que di con Jordi, que me abrió los ojos de cuanto contribuía yo a todo lo que me ocurría. Entendí que yo siempre hacía las mismas cosas y obtenía los mismos (pésimos) resultados. A partir de ese día agradecí todo lo que me estaba ocurriendo a nivel de toxicidad relacional y lo utilicé a mi favor: para ser más resistente y menos reactiva, para ser más resiliente, para aceptar que debía salir de dónde estaba, para cultivar la toma de perspectiva y darme cuenta de que el mapa no es el territorio, para hacer una mirada interna, para trabajar el duelo y el perdón, y, con el tiempo, para poder dedicarme a acompañar a otras mujeres que ahora tienen la misma poca claridad que yo tenía entonces.

Es importante aplicar la gratitud en tu día a día, y especialmente ante los acontecimientos adversos, pues son -aunque te parezca mentira ahora-, los que más cosas van a aportar a tu vida, a tu crecimiento personal.

Hoy día, puedo decirte que muestro mi GRATITUD a los años que he estado atrapada en relaciones tóxicas y a la toxicidad de esas personas que en ese momento formaban parte del problema y las dificultades. De todo ello he obtenido más de lo que me quitaron y, sobretodo, me hicieron darme cuenta de lo más importante: de que en la adversidad está el crecimiento personal. Nada ha podido conmigo, el dolor me ha convertido en alguien más fuerte, y aquí estoy ahora – con más energía que nunca-, para acompañarte en tu camino.

No me gustaría acabar este artículo sin recomendarte algunos libros que a mí me han servido para cultivar la GRATITUD.

  • «El poder está dentro de ti«, de Louise Hay.
  • «¿Dónde están las monedas?, de Joan Garriga.
  • «Gratitud: dar gracias por lo que tienes transformará tu vida«, de Louise Hay.
  • «El Poder de la Gratitud: 7 Ejercicios Simples que van a cambiar tu vida a mejor», de Marc Reklau.
  • «Diarios de gratitud«, de Janice Kaplan.
  • «Vive la vida como agradecimiento«, de Nina Lesowitz y Mary Beth Sammons.
  • «Gratitud», de Oliver Sacks.
  • «Palabras de gratitud», de Robert Emmons.
  • «El libro de la gratitud (el secreto)», de Rhonda Byrne.

La GRATITUD «es la clave que convierte los problemas en bendiciones y lo inesperado en regalos«, (Pam Grout).

Apoyándote en los demás: el Modelo de la Interdependencia

El modelo de atención basado en la interdependencia nace en el año 2020 , fruto de mi larga carrera (desde 1999) como directora de centros residenciales de atención a personas vulnerables y dependientes. Aunque en ese momento lo creé en pensando en la atención prestada a las personas mayores en las residencias, sus principios son totalmente aplicables a cualquier tipo de acompañamiento personal o profesional que se realice en el contexto de una persona que, en un momento determinado de su vida, necesita ayuda o soportes, y otra/s que le acompañan en ese camino.

El Modelo de la Interdependencia nutre al 100% mi método psicoterapéutico.

Decálogo del Modelo

  • La interdependencia es una relación de dependencia mutua y equitativa, donde todos los factores involucrados se benefician, complementan o cooperan de formas variadas con los demás , para conseguir sus objetivos.
  • La atención y el acompañamiento de calidad es posible gracias a las relaciones interpersonales e interdependientes. Es fundamental cuidar al máximo la relación entre la persona que es ayudada/acompañada y el que presta el soporte-ayuda o acompañante.
  • En nuestro día a día dependemos de otras personas para desarrollarnos. La interdependencia nos pide que seamos capaces de aprender a depender de los demás sin perder la propia independencia a la vez.
  • El vínculo relacional en la interdependencia es sano y positivo: evita situaciones de dependencia patológica, considera a cada persona única y valiosa, y aporta crecimiento personal.

Los Pilares del Modelo

  • La confianza. Es el pilar fundamental del modelo, porque si en la persona que necesita de ayuda/soporte o ser acompañada terapéuticamente, existen sospechas sobre las motivaciones del que ha de acompañarle-ayudarle, todo lo que éste haga va a quedar contaminado de esa sospecha o desconfianza. Cuando confiamos en las personas nos sentimos seguros de su integridad, de sus intenciones y de sus capacidades. Y esto es fundamental en la relación psicoterapéutica, porque en la desconfianza va a ser imposible tener fe en que el otro va a ser corresponsable de mis necesidades, preferencias o deseos de cambio o atención. 
  • La escucha. Escuchar significa mucho más que oír. En la relación y acompañamiento es fundamental que se dé esta escucha activa. La buena escucha es uno de los principales retos de las personas. Con frecuencia escuchamos muy poco, tanto a nosotros mismos como a los demás. Hay que escuchar más que hablar. La escucha del otro puede mejorar considerablemente si escuchamos sin juzgar a la otra persona y sin sacar conclusiones.
  • La autenticidad. La autenticidad es el valor que hace referencia a la persona que dice la verdad, acepta la responsabilidad de sus sentimientos y conductas, es sincera y coherente consigo misma y con los otros. Es una apelación a actuar bajo nuestra convicción, pero también respetando la convicción de la otra persona. Para ello debemos auto-conocernos y auto-gestionarnos, conocer al otro y ayudarle en su gestión personal. La autenticidad incrementa nuestro compromiso con los objetivos y nos inclina a ayudar más a los demás. También nos ayuda a destacar las fortalezas, aun reconociendo las debilidades, a ser honestos, y contribuye a visualizar los valores personales.
  • La aceptación incondicional. Esta actitud implica aceptar a la persona tal y como es y está, con su situación personal, sus sentimientos y sus experiencias. Debemos tener un respeto absoluto por el otro, en una aceptación total hacia la persona y sus conductas. Aceptar incondicionalmente al otro es también facilitar que las dificultades o los errores parezcan fáciles de solucionar, alentando a la persona o buscando siempre la positividad y el aprendizaje; elogiar cada progreso o los pequeños logros y colaboraciones: las capacidades se marchitan en la crítica y la desaprobación.

En mi novela «Cuando todo cobra sentido«, encontrarás un capítulo final que recoge todas las bases del Modelo de la Interdependencia y su aplicabilidad.